Los tres errores principales que comete la gente cuando realiza publicidad con las tarjetas de presentación son:

• No tener una tarjeta de presentación.

• Ser conservadores y solo dar una tarjeta por persona.

• No dar una tarjeta de presentación a cada persona que se conoce. 

El no tener miles de tarjetas de presentación disponibles en todo momento no sólo es una estupidez sino un crimen en contra de su negocio.

Si uno de sus empleados le robara el equivalente al dinero que usted pierde por no utilizar sus tarjetas de presentación, este empleado sería encarcelado durante muchísimo tiempo.

Con los precios tan bajos de la impresión contemporánea no hay excusa para no tener tarjetas de presentación en abundancia.



Cuando comencé mi negocio profesional “Concrete Cutting” no contaba absolutamente con ningún capital y gané cerca de US$400,000 en mis primeros 8 meses de actividades.

Mi único medio de publicidad fueron las tarjetas de presentación.

Como muchos de ustedes saben, algunas veces puede tomar hasta un año conseguir que un anuncio comercial sea colocado en las páginas amarillas y utilizar este medio puede ser bastante oneroso para un negocio que recién está comenzando.

Las siguientes son las técnicas que utilicé para lograr grandes cantidades de negocios únicamente a través de las tarjetas de presentaciones y creo que estas mismas técnicas pueden beneficiar a cualquier tipo de negocio.

1. Comencé con un logo llamativo y conté con un diseño que realmente decía "este señor es un profesional."

Realmente vale la pena hacer la inversión inicial para lograr unas tarjetas muy bien diseñadas.

2. Conservé mi mensaje "corto y dulce."

He visto como mucha gente se excede con mucha información que solo logra confundir al lector.

Mi empresa corta concreto y realiza algunos otros servicios que se relacionan con esta actividad, pero mis tarjetas de presentación solo dicen “Cortamos Concreto”"

3. Adquirí mis tarjetas de presentaciones en cantidades de a 5000 unidades por orden.

Observo con frecuencia que los dueños de nuevos negocios las imprimen en sus computadoras personales y las “racionalizan”.

4. Nunca entregué una sola tarjeta!

Siempre entregué al menos cinco y algunas veces más. Aún veo mis tarjetas de presentación como “tiquetes de lotería”.

El primer trabajo que consigo de usar cada lote de tarjetas paga con creces la inversión realizada.

Aún si algunas de ellas terminaran en el bote de basura – ¿A quién le importa?

Hay miles más en el lugar de donde salió esta.

5. Cuando conozco a alguien involucrado con el negocio de la construcción le doy unas cuantas tarjetas.

Se las doy igual a quienes están en la fila junto a mí en Home Depot o que se encuentran tanqueando su auto en la bomba de gasolina cuando yo hago lo mismo.

Recibo preguntas como ¿Para que son?" o "¿Qué desea usted que haga con ellas?" .

Solamente respondo "Usted puede no necesitar de mis servicios ahora, pero cuando usted lo haga, usted sabrá a quien llamar."

Al mismo tiempo estoy pensando "No me importa lo que haga con ellas, ellas son prácticamente gratuitas y el hecho es que recibo miles de llamadas de clientes diciendo “¿Me recuerda?" "

Lo conocí en la estación de Exxon o en una reunión de padres de familia."

El Dr. Smith me dio su tarjeta y me dijo que podría llamarle" a pesar que yo jamás he oído hablar del Dr. Smith. O "Tengo su tarjeta de negocios en su escritorio, no tengo idea de donde salió, pero necesito sus servicios."

Simplemente hago circular muchísimas tarjetas de presentación y atiendo una gran cantidad de solicitudes de servicio.

6. He adquirido una lista de clientes potenciales a un agente y mi estrategia consiste simplemente en introducir tres tarjetas de presentación en un sobre y enviar miles de sobres a la vez.

No coloco nunca un plegable costoso o siquiera un volante, simplemente inserto las tres tarjetas de presentación en el sobre y obtengo cientos de llamadas y de referidos por este medio.

Ahora recibo cientos y cientos de llamadas provenientes de mis clientes actuales y de los anuncios de las páginas amarillas pero aún así, ahora utilizo mis tarjetas de presentación más que nunca.

En este momento poseo cinco camiones y siete empleados y el distribuir tarjetas de presentación de la misma manera que he descrito es una parte de su trabajo.

Todos ellos han visto el poder de las tarjetas de presentación y que éstas aseguran nuestra supervivencia y al mismo tiempo les da la satisfacción de saber que ellos han aportado un cliente específico.

Si contacto a un nuevo cliente y me entero que ninguno de mis empleados le ha dado algunas tarjetas de presentación, inmediatamente me comunico con el empleado, preguntándoles que si es cierto y recordándoles que es parte del sus obligaciones.

Luego, les entrego un gran paquete de tarjetas de presentación y les digo que espero que esto no suceda nuevamente.

Artículo traducido y publicado con autorización expresa del autor
Artículo traducido en español exclusivamente para VentasFaciles.com por Monica Yaneth Loeb Willes
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